¿Tu objetivo es adelgazar? Además de las grasas y las calorías existen otros componentes que, si no los tienes bajo control, pueden ser responsables del fracaso de tu dieta. Tu actitud con respecto al plan de adelgazamiento es quizás el principal ingrediente que debes revisar para evitar que tus propios comportamientos arruinen tus planes.
Por lo tanto, la próxima vez que decidas iniciar (y culminar con éxito) un plan de adelgazamiento, ten presente estos consejos:
- Enfócate en el cambio de hábitos.
Mucho más importante que una gran pérdida de peso es la modificación de tu conducta alimentaria. Tu principal objetivo debe ser el cambio de aquellos hábitos alimentarios que están provocando el sobrepeso. Una buena forma de identificarlos es mediante el registro diario de comidas o a través de un análisis nutricional personalizado. - Establece metas realistas.
Olvídate de perder 5 kilos en una semana. Plantearse objetivos absurdos solo te servirá para desanimarte. Un adelgazamiento mantenido que no supere el kilo por semana es lo más aconsejable. - No confundas tropiezo con fracaso.
Una transgresión no es el fin de la dieta. Ceder frente a una porción de cheesecake no significa que estés condenado al sobrepeso y que nunca más lograrás controlarte. La actitud positiva es tratar de descubrir qué fue lo que provocó el descontrol para evitar que ocurra de nuevo. - Evita pesarte todos los días.
No te obsesiones con la balanza. Pesarse diariamente terminará desmotivándote. Subirse a la balanza una vez por semana es más que suficiente.
Tómate quince minutos, examina tus actitudes, identifica aquellas que están perjudicándote y ocúpate de transformarlas a tu favor. ¡Suerte en el cambio!
Foto: Flickr (axehd)
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